El comercio

El infierno eterno del transporte

Lima sigue teniendo los mismos problemas de 1957

Por: Juan Aurelio Arévalo

Los limeños parecen haberse resignado a una vida paralizada sobre ruedas. Esto solo tiene explicación en la desidia con la que nuestras autoridades han tratado el tema, pese a la rutina diaria de accidentes, muertes e ira que es el ánimo común de choferes y pasajeros.

Hace 115 años en las páginas de El Comercio ya se publicaban historias de choferes dándose a la fuga en Lima, policías persiguiéndolos en bicicleta hasta por 66 cuadras y peatones aplastados bajo llantas. "Es bueno remediar el mal antes que se desarrolle", decía este Diario el 10 de enero de 1904. "Por esto, convendría que antes de que echen muchas raíces los automóviles entre nosotros, se dé un reglamento, bien estudiado, en el que, dejándoles toda libertad de movimiento compatible con la seguridad de los viandantes, se garantice la seguridad personal de estos".

Pero reglamento se hizo letra muerta. En 1957, El Comercio lanzó una campaña llamada “Los peligros del tránsito” para denunciar a los principales infractores. Al revisar esos 73 informes y al compararlos con los 330 que hemos publicado en  #NoTePases, llegamos a la conclusión de que no hemos cambiado nada. Son los mismos problemas y los mismos protagonistas. Revise usted mismo nuestro pasado irresuelto.

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Año 1957

Los llamados autos de alquiler (taxis, colectivos) eran el principal dolor de cabeza. No porque ocasionaran tráfico sino por la imprudencia de sus conductores. En 1956, sus choferes provocaron 11.178 accidentes, entre ellos 2.040 atropellos. “Existen colectivos en circulación que fueron fabricados hace más de 30 años. La mayoría están conducidos por personas que no observan el reglamento y tratan irrespetuosamente al público”, informaba El Comercio en una nota donde destacaba el absurdo de que los peores conductores fueran los menos multados.

La policía simplemente se abstenía de aplicarles papeletas porque los 11.399 autos de este tipo que circulaban por Lima estaban afiliados a 103 gremios que se encargaban de anular las multas. Por eso los agentes de tránsito se concentraban en aplicar sanciones a conductores particulares. De las 500 mil papeletas impuestas en 1956, más del 50% fueron anuladas por presión de estas organizaciones.

Año 2019

Los conductores en Lima  arrastran miles de papeletas porque nada les obliga a pagarlas. Durante casi 10 años los choferes de transporte público no fueron fiscalizados por la PNP sino por inspectores municipales, los denominados ‘chalecos amarillos’. Las multas que imponen los inspectores no restan puntos en las licencias de conducir,  a diferencia de las papeletas de la Policía de Tránsito que se acumulan y pueden conllevar a la suspensión del brevete. Recién en octubre de este año, el Ejecutivo dispuso que la PNP vuelva a fiscalizar el transporte público.

Pero tanto estos choferes como los particulares pueden presentar descargos, reconsideraciones y apelaciones para impugnar papeletas.  Las papeletas impugnadas no se pueden cobrar y al cabo de 4  años prescriben.

Desde abril del 2018, #NoTePases ha denunciado a redes de tramitadores que operan en el jirón Camaná, en la misma puerta del Servicio de Admnistración Tributaria (SAT), que es el ente encargado de recaudar el dinero de las infracciones. Por S/10 los abogados y sus jaladores ofrecen apelar papeletas hasta que prescriban, incluidas las multas por inclumplir el ‘pico y placa’. Esta semana estuvimos ahí y  en 5 minutos parados frente al SAT recibimos 12 tarjetas de abogados que ofrecen de forma explícita la “prescripción de papeletas” y la “liberación de vehículos del depósito”. A una cuadra de distancia El Comercio encontró 12 oficinas con 30 tipos dedicados a esta labor.

Año 1957

Los llamados autos de alquiler (taxis, colectivos) eran el principal dolor de cabeza. No porque ocasionaran tráfico sino por la imprudencia de sus conductores. En 1956, sus choferes provocaron 11.178 accidentes, entre ellos 2.040 atropellos. “Existen colectivos en circulación que fueron fabricados hace más de 30 años. La mayoría están conducidos por personas que no observan el reglamento y tratan irrespetuosamente al público”, informaba El Comercio en una nota donde destacaba el absurdo de que los peores conductores fueran los menos multados.

La policía simplemente se abstenía de aplicarles papeletas porque los 11.399 autos de este tipo que circulaban por Lima estaban afiliados a 103 gremios que se encargaban de anular las multas. Por eso los agentes de tránsito se concentraban en aplicar sanciones a conductores particulares. De las 500 mil papeletas impuestas en 1956, más del 50% fueron anuladas por presión de estas organizaciones.

Año 2019

Los conductores en Lima  arrastran miles de papeletas porque nada les obliga a pagarlas. Durante casi 10 años los choferes de transporte público no fueron fiscalizados por la PNP sino por inspectores municipales, los denominados ‘chalecos amarillos’. Las multas que imponen los inspectores no restan puntos en las licencias de conducir,  a diferencia de las papeletas de la Policía de Tránsito que se acumulan y pueden conllevar a la suspensión del brevete. Recién en octubre de este año, el Ejecutivo dispuso que la PNP vuelva a fiscalizar el transporte público.

Pero tanto estos choferes como los particulares pueden presentar descargos, reconsideraciones y apelaciones para impugnar papeletas.  Las papeletas impugnadas no se pueden cobrar y al cabo de 4  años prescriben.

Desde abril del 2018, #NoTePases ha denunciado a redes de tramitadores que operan en el jirón Camaná, en la misma puerta del Servicio de Admnistración Tributaria (SAT), que es el ente encargado de recaudar el dinero de las infracciones. Por S/10 los abogados y sus jaladores ofrecen apelar papeletas hasta que prescriban, incluidas las multas por inclumplir el ‘pico y placa’. Esta semana estuvimos ahí y  en 5 minutos parados frente al SAT recibimos 12 tarjetas de abogados que ofrecen de forma explícita la “prescripción de papeletas” y la “liberación de vehículos del depósito”. A una cuadra de distancia El Comercio encontró 12 oficinas con 30 tipos dedicados a esta labor.